Hoy decidí mirar bajo la cama
Reflexión de un escritor deprimido
José F. G. Rodríguez
9/29/20241 min read
Hoy decidí mirar bajo la cama
No recuerdo haber mirado bajo la cama cuando niño, pero, si lo hubiese hecho, ¿me habría encontrado algún monstruo? Y de ser ese el caso, ¿qué hubiese hecho? No tenía un plan b, ya que, muy en el fondo, sabía que no había nada que temer. Aun así, no miraba. Ya no soy ese niño, pero sigo temiendo a fantasmagóricas amenazas.
Hoy, el monstruo más grande lleva su nombre. No por ella, sino por el recuerdo que he creado en mi cabeza. El amargo recuerdo de un amor fallido por mis propios monstruos, que me impidieron devolverle aquel cariño que, con tanta intensidad, me regalaba.
Hoy, he decidido mirar bajo la cama; desarmarme y mostrarle mis heridas.
Si aquella mujer que da nombre a mis monstruos decide aceptarme, no tendrá de vuelta al mismo hombre, sino a uno un poco más valiente y maduro. Uno dispuesto a dejarse herir con tal de sentir aquello que los poetas llaman amor.
Si me cierra las puertas, la seguiré queriendo desde la distancia y lloraré con la amarga gratificación de saber que el dolor no es en vano; es el precio de saber que no hay monstruos bajo la cama.